Por: Víctor Vásquez
Universidad Nacional Mayor de San Marcos
El lenguaje en sus diversas modalidades, ya sea escrita, oral, gestual y/o simbólica, crea y recrea realidades subjetivas en la mente de cada uno de nosotros y nosotras, pudiendo reforzar prejuicios existentes o construyendo nuevas perspectivas. Para ejemplificar, lo señalado anteriormente, pensemos en un libro en donde se redacte lo siguiente: “En la adolescencia surge un marcado interés sexual hacia las personas del sexo opuesto”. ¿Qué podemos deducir e interpretar del párrafo anterior? Dos aspectos. Primero, se fortalece, en los lectores, la errónea idea de que la masculinidad es opuesta y excluyente a la feminidad (apostamos por la redacción del otro sexo y no del sexo opuesto); y, por otra parte, se asume que todos los y las adolescentes desarrollan una orientación sexo-afectiva heterosexual, invisibilizando las otras orientaciones.
Partiendo de la propuesta anterior, son los medios de difusión, principalmente los medios escritos, aquellos que deben tener tacto para tratar sus noticias, ya que dichas redacciones serán leídas por miles de personas generando, a la vez, opinión pública. Es así que, el lunes 01 de febrero en el diario “Trome” aparece como portada: “Gay celoso mató a sobrino porque joven lo dejó por una mujer”, y en el despliegue de la noticia utiliza un lenguaje prejuicioso, usando la palabra gay con desmedro y acusando de pederasta a Dany Castañeda, de 35 años de edad, quién contrató a dos sicarios para golpear a su sobrino; pero, al parecer estos decidieron acabar con la vida del joven. Asimismo, en la columna “La seño María”, del mismo diario, se comenta dicho acontecimiento con un lenguaje altamente homofóbico, por ejemplo: “Quienes conocen de cerca a los homosexuales dicen que muchos de ellos son peligroso como nadie cuando se obsesionan con algún amante.”, o “El púber pagaría con su propia vida, pues cuando creció y quiso llevar una vida normal, al lado de una chica, el maldito no lo soporto.”
No es la primera vez que este diario limeño, con tal de elevar sus ganancias, despierta la homofobia y morbosidad en sus lectores. Basta recordar el titular del mes de diciembre: “La Sasieta no es mi tipo”, el cual busca distraer la temática principal de la noticia con especulaciones sobre la orientación sexo-afectiva de la congresista Rosario Sasieta. Lo que buscamos es que los medios de comunicación manejen con propiedad el lenguaje que utilizan al redactar sus noticias vinculadas al ámbito de la sexualidad, orientación sexual e identidad de género; porque éstas construirán realidades en la mente de sus lectores que se reflejarán en sus comportamientos, especialmente, en los comentarios que se hacen al pie de la noticia virtual. VER EL TEXTO EN PDF
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