En Lima no cesa la ola de crímenes de odio contra las personas lesbianas, gays, tans y bisexuales (LGTB). Es así que el pasado miércoles 16 fue encontrado sin vida el cuerpo del chef Martín Murillo Lázaro, persona homosexual de 42 años de edad, en su vivienda en el distrito de Comas. El cadáver se encontraba semidesnudo, con las manos atadas, con signos de golpes en el rostro y estrangulamiento. La Policía señaló que los perpetradores del cruel crimen se dieron a la fuga, robando artefactos eléctricos y dinero de la víctima.
Asimismo, el pasado jueves 17 fue hallado el cadáver de Gabriela Amaringo Mori, persona trans de 25 años de edad, en su salón de belleza ubicado en el distrito de Cercado de Lima. El cuerpo inerte fue encontrado con signos que evidencian una violencia física extrema contra la víctima, como por ejemplo golpes en el rostro, tortura, intoxicación y estrangulamiento. Asimismo, el peritaje policial indicó que los asesinos, dados a la fuga, habían robado los artefactos eléctricos, prendas y dinero de Gabriela.
Como se aprecia, ambos asesinatos presentan características comunes, las cuales fueron señaladas en el Reporte de DDHH LGTB que presentamos el año pasado, tales como: brutales agresiones físicas, robo de los objetos del occiso y – muy probablemente – los asesinos se ganaron la confianza de las víctimas, lo que lleva a configurarlos como crímenes de odio, siendo el motivo principal de los asesinos, no el robo de las pertenencias de la víctima sino, la desvalorización y actitudes discriminatorias hacia las personas homosexuales y trans.
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